Libro de ensayo

imagen tomada de tulipanesparazamudio.blogspot.com

«Tulipanes para Zamudio» es un conjunto de cuentos de Javier G. Cozzolino que bien podría ser visto como una novela por partes. Y eso se puede considerar un mérito o un descrédito, todo dependerá del cristal con el que lo mire. Sin embargo, es esa dinámica la que produce una experiencia de lectura interesante, pues el libro (que tiene sus puntos más flojos en los relatos iniciales) provoca una idea de totalidad que a la larga nos permite recuperar textos que habíamos desechado al principio y en la relectura establecer una relación mucho más placentera con las oraciones que no conseguimos articular con la lectura.

Por eso «Tulipanes…» es un libro de dos leídas, cómo mínimo. Y enfrentarse a un libro permite de por sí dos conclusiones: 1) Estamos ante un autor que se toma en serio el acto de lectura o de la vivencia de su libro, a tal punto que ordena los cuentos de una forma que se podría considerar riesgosa y 2) El orden de los factores sí altera el producto… le da contundencia.

Se supone, según la contratapa del libro, que los personajes del libro viven al límite. En cierta forma eso tiene algo de certeza. No hay ningún personaje que juegue al exceso por el simple hecho de hacerlo, lo que sí hay son eternos Travis Bickley buscando algo, lo que sea, una excusa, para reubicarse, darse un empuje, encajar de alguna manera. Extrañamente es desde el quinto cuento que la lectura empieza a tener una vocación de universo y convierte al libro en otro tipo de objeto. ¿Por qué los relatos no pueden establecer un hilo de unidad? ¿Cómo se relacionan los distintos géneros? ¿Las vivencias no son simplemente esos pequeños hechos con nudos y desenlace, que se entrelazan? Claro que sí, pero también pueden ser experiencias individuales, lecturas por su cuenta. «504», «Temas médicos», «Colchón de agua», «Ming y Ming II» y «2003» son los relatos que crean la explosión y se esparcen al resto de cuentos, dándoles un aire distinto. Luego del atentado las cosas se ven de otra forma.

Esa explosión va de la mano con la revisión del tema de la paternidad y las relaciones cercanas. Casi en todos la referencia es obvia, desde aquellos padres sumamente preocupados, pasando por las obsesiones de progenitores hasta el quemeimportismo. ¿Qué es el padre sino el ser que nace el día que aparece el hijo? Es una transformación, los personajes viven esos cambios y tratan de encontrar el horizonte luego de los procesos que  han podido soportar con esfuerzo. ¿Por qué ? Porque la referencia a la nueva vida establece ese punto de intersección que hasta lo cotidiano se vuelve objeto de revisión, y donde a veces viene bien la derrota para descubrir otra manera de enfrentar las cosas.

Por eso el libro de Javier es un libro de ensayo, en el que no interesa que la ciudad sea Buenos Aires y que la historia implícita del país se derrame en algunas páginas. Porque leer fuera de esas construcciones ofrece una versión general de lo que hace la ficción, cuando se planta con fuerza y postula algo, propone, insiste y redondea historias. Todo pasa en un barrio, con Zamudio y Silvita, con la tienda de los chinos, donde los bolivianos están también laburando, con el personaje del sitio, al que creen loco o perdido… todo lo cotidiano (hasta televisivo)  y que puede ser cotidiano en cualquier lugar en el que te encuentres. Un libro que se abre y que descubres, a tu ritmo, internándote en el camino abierto por el autor.

«Tulipanes para Zamudio» se puede conseguir por vía mail fuera de España a la dirección editorialuniversos@yahoo.es. El precio es de 15 euros y no se cobran los gastos de envío. Así que los animo a que hagan el gasto y lo lean, con el simple y llano deseo de encontrar una serie de relatos que tienen su truco, su posibilidad y su consecuencia.

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