15 ciclos

imagen tomada de eurovision2012baku.blogspot.com

DT es el taxista. El que atendió el llamado de la empresa Fastline. En 3 minutos llegó al punto de encuentro donde M y yo estábamos. ¿El destino? Punto B. La distancia más corta es siempre una línea recta. Frase hecha de infancia. La distancia más larga es la que te desbarata una hora del día y te hace creer que nada de lo que pasa alrededor tiene respuesta razonable. DT, a esta altura del partido, ya no debe trabajar para Fastline; espero, aunque me da pena, pero no se me ocurre otra cosa. Cuando llegamos al punto B, M deja su celular inteligente olvidado en el asiento trasero del taxi. DT se dio cuenta, pero arrancó. Nos demoramos 20 segundos en entrar a casa y tomar el teléfono para llamar a Fastline. Hablé con Pablo. uno de los inspectores. Supo la historia y empezó a localizar a DT, de la unidad *50 por medio de la radio y el teléfono. No hubo respuesta por 10 minutos. En el intermedio, el teléfono de M ya estaba apagado y no había forma de que alguien contestara. Levanté la voz, me molesté con Pablo, no entendía cómo era posible que las contingencias no pudieran ser resultas con facilidad. Tiempo de espera por un teléfono olvidado en una unidad de una empresa de transporte. Luego Pablo me habló: «Encontramos la unidad, se dirige hacia su punto en 15 ciclos». «¿Nos trae el celular?». «Pues ahí tiene que revisar si lo dejó o no». Voz arriba, total: «¿El tipo lleva sin contestar 10 minutos y quiere que creamos que no está el teléfono ahí?». Silencio. Ya iba a llegar.

En tiempo de espera lo único que funciona es la divagación. Me elevé y reclamé. Juré el rechazo supremo. M estaba calmada. Que debían darle el celular. Que se lo iban a entregar. Yo no creía nada. En el frío de la noche quiteña solo queda dar vuelta a las cosas. Luego me callé. Quería matar a alguien. No podía creer que además de robarnos fuera posible que nos quieran ver la cara de cojudos. Quizás la tengo y lo demás no importa. M sacó de algún sitio su linaje siciliano y pronunció las palabras con la lentitud de un francotirador: «Si no me da el teléfono le destrozo el carro». Luego, cuando DT estuviera frente a nosotros, ella le diría: «Si no me devuelve el teléfono hoy, no llegará ileso a su casa. Es más, no llegará a su casa». Pero eso vendrá luego.

Todo, salvo la espera. Todo, salvo la imaginación. Todo, salva la nada.

imagen tomada de todosobrelinux.files.wordpress.com

Cuando DT dio la vuelta a la calle y vimos el carro, saltó la ausencia de la placa como el beat de un tambor que no nos podía dejar en paz. Frenó. Se bajó. M se abalanzó y agarró las llaves del carro. DT no podía escapar. «Tomé un pasajero cuando los dejé y se lo habrá llevado», mintió DT mientras yo revisaba, centímetro a centímetro, algún indicio en el carro. Le hice el repaso de los hechos: su salida inmediata, el celular apagado, los 10 minutos que no respondió y todo lo que él pudo haber hecho en ese tiempo. Agarré mi teléfono y llamé a la policía frente a él. M ejerció la presión Vito Corleone Style. Le habló amenazante. Le habló de cerca. Él tembló. La vehemencia es su fuerte. La operadora del 101 me informó que ya enviarían una unidad (la cual nunca llegó) y luego de las presiones que pusieron a DT al borde de las lágrimas, confesó: «Ya le traigo su teléfono. Está en un lugar de la Shyris».

Silencio.

«Vamos a verlo», dijo M. «No, que vaya él y lo traiga», interrumpí. Nos quedamos con sus celulares y billetera. DT nació en Nueva Loja. Es del 85. Su tarjeta Experta/Visa parecía su escudo de armas, al igual que las fotos y ese clip sosteniendo otros documentos. Su celular timbró Roberto lo buscaba. Bachata Fields Forever. Llamé a Fastline. Conté la confesión. «¿Puedo grabar lo que me cuenta?», preguntó Pablo, uno de los inspectores. Y conté todo. «Vamos a tomar medidas, porque esto no puede pasar», me dijo. Y mientras colgaba, el carro de DT, sin placas, la unidad *50 de Fastline, dio la vuelta a la calle y se detuvo frente a nosotros. M se apresuró y ni bien él extendíó el celular inteligente negro con su mano, ella lo arranchó, le devolvimos sus cosas y entramos de inmediato.

El desamparo se corrige con amenazas de muerte y desde ayer, Ecuador se volvió para dos personas un sitio que no vale la pena vivir de esa manera.

3 comentarios en “15 ciclos

  1. Pero para dar una respuesta más completa. Lo que he dicho ha sido una reacción emocional a tu escrito. Lo que has dicho me parece una reacción emocional a la situación que has narrado. Creo que hay riqueza en ese tipo de narraciones y creo que también la hay en responder de la misma manera a estas, pues de ahí suelen surgir conversaciones matizadas sobre los primeros sentimientos y todo lo que contienen.

    Por eso, más allá del juicio primero, el elogio a tu sinceridad al final en mi comentario.

  2. Estimado Eduardo, insitiré por última vez en este tema.

    Primero, no entiendo para qué escribir públicamente si no tienes nada que decir sobre lo que generen tus escritos, pero espera, no tengo mucho tiempo, no te quedes en el tono duro de la expresión… El que has planteado no me parece poco polémico, por trivial que el tema pueda parecer. Para mí ahí hay algo de lo que es nuestro todo. Nuestra capacidad de convertir al otro en un energúmeno (en este caso con toda la razón). Decimos ser poco religiosos pero nos comportamos como el más curuchupa en prácticamente toda espacio o dimensión social. No es ése también nuestro ejercicio político? No faltan pasos?, al menos después?

    En todo caso, no es mi interés juzgarte, pero ciertamente me parece sincero transmitirte mi primera reacción. Pero, precisamente es el ejercicio que no quiero dejar ahí, el juzgar. Pero tampoco creo en eso de ser siempre «ecuánime» y entonces leerte y no tener nada que decir o felicitarte por tu indignación (discúlpame, pero típico ejericio de comentarista de blog, limitarse a sumar pareceres sin ninguna opinión o reflexión que soporte otra opinión diferente sin querer descalificar o silenciar). Creo que los blogs dan para más, al menos en ocasiones como ésta y sin embargo lo veo en todo tema y «discusión» tanto de periódico como de blog: sin discusión,_como si estuvieramos pensando en el próximo escrito a publicar y así_, pero eso puede ser problema mío…).

    En todo caso, vuelvo al punto. Creo en el saber asentar palabras y acciones y es eso lo que pretendo para mí también. Mi tesis: esa actitud es válida? Sí; resuelve algo? No.
    Insisto porque desde la distancia (estoy en otro país desde hace año y medio y lejos de muchas cosas desde hace tres y medio), en el ejercicio de comenzar a comentar posts o artículos sobre nuestras realidades me he encontrado con eso. La mayoría de los ecuatorianos nos limitamos a lamentarnos de x y luego abogar por una especie de anarquía y añoranza de un lugar mejor. Creo que es un ejercicio propio de nuestro cerebro (y no pretendo dármelas de conocedor de nada) pero que requiere un ejercicio completo. Sí me quejo, puteo, todo muy natural, pero dejamos la cosa ahí y sin embargo nos quejamos cuando nos vuelve a pasar (eso es todo?).Si vivimos en una especie de ley de la selva, qué más hacer que no sea un deseo milagroso de cambios repentinos en los ciudadanos, o la aparición de gobernantes perfectos? No está el problema en botar al otro por el caño (bien merecido tal vez) y nada más? (y así hasta el próximo).

    En todo caso, lo dejo ahí. Como ves estoy hablando desde muchos prepuestos, pretendo que esto sea un diálogo, tal vez tenso, pero no un sermoneo. Precisamente la riqueza también está en oírte y ser puesto en otro lugar y así… conversar y discutir, no es un proceso? pensar no es un proceso? no se dan pasos y se regresa o se cambia de dirección? Eso es lo que me gustaría averiguar…

    Y no, no hablo de perfección moral, creo que eso es imposible (y sin embargo creo la secreta lucha de mucho ecuatoriano, por eso tanto escandalizarse y horrorizarse o una relativización excesiva de las cosas_ la decepción de no poder ser lo que se desea en ese sueño moral?_, creo vivimos más condicionados de lo que nos gusta creer), no apunto a lo moral sino a la construcción de lo posterior a nuestra reacciones. Posible y deseable me parece, y sí, implica cosas diferentes a lo conocido…

    Lo curioso es que también escribo para mí y puedo entender que eso ya pasó y fin, pero lo has puesto en tu blog y vuelve y juega…

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