El diablo está en los detalles (sobre «Lords of chaos», de Jonas Akerlund)

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La historia que se cuenta en Lord of chaos da para muchas cosas. Solo como biopic sería un desperdicio, porque hay algo más que se escapa y que no se debería escapar. La escena del black metal noruego de la década de los 90 se puede reducir a cuatro acontecimientos fundamentales:  1) El suicido de Dead, nombre artístico de Per Ohlin, vocalista de Mayhem. 2) Los incendios ocasionados en casi 50 iglesias a lo largo de Noruega. 3) El asesinato de Magne Adreassen a manos de Bard Eithun, conocido como Fausto y baterista de la banda Emperor y 4) El asesinato de Oystein Aarseth (el ideólogo del movimiento y guitarrista de Mayhem, que se hacía llamar Euronymous), cometido por Varg Vikernes, músico que también era parte de la escena.

Y estos cuatro hechos, más un par y otras acciones que han sido debidamente dramatizadas, son el germen de esta película de Jonas Akerlund, el director sueco que durante su adolescencia también fue músico de black metal. Hay algo de deuda juvenil aquí, y eso se vuelve un problema en una gran parte del metraje, pero con un casi silencioso giro, Akerlund consigue un desenlace sacado de una película de terror. De puro y llano terror. Lo que se inicia como un grupo de chicos que, cierto o no, querían llamar la atención y cagarse en el cristianismo, que se decían ser satánicos, que cantaban lo que debía ser la música más brutal y que generaban acciones para promocionarse y elevar su aura de extremos, se transforma en algo que no se puede detener, en un relato terrorífico, donde gente que antes compartía ideas, espacios, ¿cariño’, se puede matar entre ellos.

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Para Akerlund, el black metal noruego surge del exceso y de la venia de los padres. Euronymous (un preciso Rory Culkin) es el hijo mayor de una familia con recursos, al que lo dejan tocar su música con sus amigos en casa. Son chicos que se divierten, que gritan sobre Satanás a los transeúntes, que quieren ser la banda que todo el mundo recuerde de Noruega. Son Mayhem. Buscan un cantante y lo encuentran en el sueco Per Ohlin, que se hace llamar Dead. Toda cambia a partir de ese primer momento. Akerlund filma todo con cierta distancia, como un ejercicio de registro, como si así pudiera reflejar la frialdad del clima, de la sociedad y en el centro, como si estuvieran en plena ebullición, los músicos, cálidos, viviendo en llamas. El carácter documental de la cámara abona a la idea. Estamos en las fiestas, en los ensayos, en los shows —donde Dead asombra a sus compañeros de banda y al público cortándose mientras canta, sangrando sin evidenciar dolor o malestar—. Pero es hasta el primer gran momento del filme que la película cambia. Ohlin (interpretado por Jack Kilmer) se suicida ante nosotros, los espectadores. Akerlund decide mostrar todo y genera el shock. De ahí en adelante se mantendrá el tono. La tragedia no deja a nadie en paz. Ohlin se corta las venas, se degüella, encuentra fuerzas para escribir una nota de suicidio en la que pide perdón por la sangre y, finalmente, se dispara en la cabeza, abriéndose el cráneo. Lo vemos. Es parte de la historia. Euronymous fue el primero en encontrarlo y fotografió a su amigo muerto. Esa imagen luego sería la portada del primer disco de Mayhem.

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A partir de esto, Akerlund apuesta por una historia sobre el poder, sobre luchas por llevar todo al extremo, mover al resto y llamar la atención. Entra en el relato Varg Vikernes (Emory Cohen), que se muestra como una fuerza de la naturaleza, casi un genio que decide extremar las cosas. El director decide tratar de otra forma a sus personajes. La historia se complejiza y no hay forma de mostrar a una sola persona. Hay varios personajes en cuadro, la cámara se distancia, hay algo más de profundidad. Ya no es una película celebratoria y empieza a elevarse. Lords of chaos se convierte en caos. Todo se sale de control. Vikernes empieza a quemar iglesias para llamar la atención a su proyecto musical Burzum. Euronymous comienza a temer. Uno de sus amigos mata a un hombre gay que se le insinúa en un parque —otra vez Akerlund es frío y doloroso en esta escena—. Oystein Aarseth decide romper cualquier contacto con Virkenes, sobre todo después de que aceptara una entrevista en un medio y revelara lo que hacían y lo que eran. Aarseth/Euronymous reconoce que ya nada es divertido y en ese marco de dos amigos enfrentados, llega el final doloroso. Akerlund busca que nos duela la muerte de Euronymous, a manos de un Virkenes que parece ser Michael Myers.  No nos llega de la nada, no es que el personaje se extrema sin sentido y no es que el otro apuesta por ser la víctima. Hay algo más real en la puesta en escena y en las acciones que nos muestran. En la vida real sabemos que Euronymous murió por 23 puñaladas. Sí, 23. En la película podrían ser 800. Y no porque sean más, sino por el peso de lo que vemos. Jonas Akerlund convierte a su película un filme de horror, quizás el mismo pathos que buscaba entonces la escena de black metal.

Sigur Rós se encarga de la música que, en sus minutos finales llega a sus instantes más bellos. Y, quizás en su punto más débil como película, tenemos a Sky Ferreira interpretando a Ann-Marit, la novia de Euronymous. Y si digo débil es porque este personaje fue creado para la película —quizás para tener un personaje femenino y ya, como requisito dramático—, sin otra capacidad más que ofrecer una alternativa de vida al protagonista. Ferreira aporta muy poco y termina siendo, lamentablemente, la viuda que llora. Esto sucede en una historia en que las mujeres son accesorios.

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Akerlund no deja que Lords of chaos decaiga. Es más, decide regresar al elemento celebratorio en los segundos finales del metraje e incluso consigue arrancarnos una sonrisa. Algo que como espectadores agradecemos, porque la juventud es extraña y puede volverse dolorosamente más extraña si las ganas se juntan con ideas que, en lugar de ahuyentar, consiguen algún tipo de seducción, que termina por destruir la fiesta.

Lords of chaos

Dir: Jonas Akerlund

Guion: Dennis Magnusson y Jonas Åkerlund (basado en Lords of chaos: The Bloody Rise of the Satanic Metal Underground de Michael Moynihan y Didrik Søderlind)

Elenco: Rory Culkin, Emory Cohen, Sky Ferreira, Jack Kilmer y Valter Skarsgård

Insurgent Media, Scott Free Films, RSA Films, Eleven Arts

2018

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