Narrando con los guardapolvos

Guardapolvos es una palabra que me encanta cómo suena. Casi no la usamos nosotros, decimos mandiles, que no tiene tanta contundencia como ‘GUARDAPOLVOS’, ¿por qué? Simplemente por el sino de ser una palabra compuesta, y siempre uno puede darle a esas palabras compuestas el sentido que le dé la gana, la gentileza de la ambigüedad.

Pero esa ambiguedad se desvanece, o la desvanezco… quién sabe, cuando el juego de asociaciones adquiere nuevos matices y anclan el concepto. Las palabras se reformulan gracias a nuevos sentidos por el contexto, y Guardapolvos es genial no sólo por lo que significa, sino porque es la traducción de ‘Scrubs’ (al menos la que el DVD de la primera temporada de la serie dice).

Y Scrubs es una serie magnífica y no sólo por el humor, que lo tiene y es bárbaro, sino por cómo se lo cuenta. Desde el narrador en primera persona, hasta los flashbacks y las digresiones… hacía mucho tiempo que no encontraba un estructura tan bien detallada y justificada… que sea televisiva la experiencia es lo de menos, es un asunto de formatos que no entraré a discutir…

No hay que ser tan exagerado, y parafraseo a Marcelo Figueras, en un post que escribió hace poco: «La TV de los últimos años abunda en títulos que expandieron las fronteras creativas del medio, y que de paso se animaron a hacer cosas que el cine de Hollywood ya no se atreve a hacer»… esto es respetando los espacios y hablando de la narración audiovisual, que es narración en sí. No hay mucha distancia, por eso las mismas historias en diferentes espacios: el milagro de las adaptaciones. En definitiva para contar las historias siempre se usan los mismos recursos.

Así, las aventuras de John Dorian (interpretado por un genial Zach Braff, que además es guionista y director de cine, con muy buenos resultados) como residente en el hospital Sacred Heart es un ejercicio de creatividad que a quienes adoramos la posibilidad de la narrativa, llevada al extremo (incluso), podemos disfrutar. ¿Por qué?

1) Los diálogos geniales y ridículos al mismo tiempo. La risa no sólo está garantizada por los ‘gags’ o enredos que puedan tener los personajes, sino por las palabras que brotan de sus bocas cuando ellos hablan y hablan y hablan… Extensas lineas dichas con rapidez necesitan agarrarte de algún lado y lo consiguen:

J.D.: Ooh, Dr. Cox, can I ask you something?
Dr. Cox: The answer is yes, it was me who saw you doing leg lifts in the gym on that inflatable ball. It was quite the display of girl power.

(JD: Dr. Cox, ¿le puedo preguntar algo?
Dr. Cox: La respuesta es sí, te vi haciendo ejercicios para las piernas en el gimnasio con la pelota inflable. Fue más o menos una gran demostración de poder femenino).

Algo así, más o menos… imagínenlo dicho con rapidez.

2) Los monólogos interiores de JD. Al ser el narrador (y a la vez un personaje tan bien definido: inseguro, desconfiado, algo tonto e indefenso… pero con una imaginación que se convierte en su fuerte) JD tiene la posibilidad de mover los acontecimientos como le dé la gana y pensar que mientras cura a un joven es el Fonzie y todo le resulta luego de un ‘hey’. Ese elemento no sólo funciona como generador de risas, sino que le da un nuevo valor a la digresión, como simple evasión para dar un respiro o ese espacio para que el personaje se distraiga… Tienen vida propia, sin duda.

3) La música. Un elemento que se convierte en herramienta. Las canciones que suenan en la serie son muy importantes dentro de la narración, forman parte. Ya sea John Cale haciendo la versión a piano de ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen o Erasure con ‘A little respect’… La música no es ambiental, es la cirunstancia. Todo puede ser material para narrar y sí, por qué no.

y 4) Un perro muerto, embalsamado, tratado como si estuviese vivo… Es lo más extraño que pude haber visto.

Al final de cuentas, lo que me queda luego de ver algunos capítulos es la sensación de lo narrado, esas historias que se dicen con cierto sentido del absurdo, dentro de las cuales todo es permitido y se ve. Suceden las cosas con al menos un mínimo sentido de argumento, que es lo que en definitiva importa… aunque sea como excusa para no perderte la serie.

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