El prisionero

La fascinación de Julian Schnabel se centra en analizar o precisar ese lado humano detrás de todo proceso creativo. Pero no como una actividad morbosa, sino como una prueba más de creatividad dentro de lo que puede ser el cine, un filme, una obra. No en vano han sido creadores de diversa jerarquía las figuras que se mueven en todo su filmografía. Quizás tenga que ver con el lugar del que viene (la pintura) o quizás con ese deseo de reflexionar sobre aquello que es parte fundamental de su vida. Lo cierto es que no he encontrado desarrollos estilísticos del acto de la creación más hermosos de los que Schnabel ha intentado.

Después de mucho tiempo de espera pude ver «La escafandra y la mariposa» («Le Scaphandre et le Papillon»), basada en el libro del mismo título escrito por Jean-Dominique Bauby, editor de la revista Elle, quien de un momento a otro tuvo un ‘stroke’ que derivó en un coma de 20 días, que tuvo su momento definitivo cuando despertó y se enfrentó al hecho de que sufría del síndrome del «lock in» (síndrome del cautiverio). No podía mover nada más que el ojo izquierdo, así que de esa forma, con el tiempo, encontró el único recurso para comunicarse con el exterior, dado que su memoria e imaginación funcionaban perfectamente. La película, más que ser una radiografía del esfuerzo de un hombre discapacitado o el triunfo de la vida ante la adversidad, es la evidencia de cómo la ficción funciona como puente necesario entre lo de adentro y lo de afuera. No importa mucho el problema de Jean-Do (como lo llamaban, ¿John Doe?), no importa tanto él, sino su mente como gestora de sueños y de situaciones que ya en esa instancia formaban parte de la creación más que de la vida. La existencia de Jean-Do se ha terminado de cierta manera, lo único que existe es establecer el nexo entre lo que está por venir y para eso decide poner ‘manos’ a la obra con una propuesta literaria que tenía antes de su accidente vascular y escribir un libro que hable de lo que le ha pasado y al mismo tiempo encuentre esa excusa para abrirse al mundo.

Se trata de romper la escafandra y abrir el capullo.

imagen tomada de alcancero.wordpress.com

Quizás de toda la filmografía de Schnabel (que tiene bellezas como «Basquiat» o «Antes que anochezca»… eso sin contar con ese documental fabuloso sobre la presentación del disco ‘Berlin’ de Lou Reed) esta sea la obra que más se enmarque en el proceso humano que se desarrolla a raíz de las tragedias. El amor y apego hacia Jean-Do impresiona por el desprendimiento de los deseos personales (la escena en la que su ex lo ayuda a comunicarse con la novia, la mujer por la que él la dejó, es una de las más fuertes y hermosas) así como la perspectiva de enfrentarse al otro que no puede más que estar ahí, esperando. El sistema que se desarrolló para que Bauby pudiera comunicarse se centraba en el uso de las letras más comunes del alfabeto francés, recitadas en voz alta y luego él, para decidir cuál quería, debía parpadear para seleccionar. Trabajo arduo, lleno de mucha paciencia.

Mathieu Almaric interpreta a Bauby. El sentimiento que imprime viene dado por esa inmovilidad y la forma en que cuenta lo que va pensando (el arranque en cámara subjetiva, por 20 minutos aproximadamente, es fabuloso). Quizás sea una de las mejores actuaciones sobre algún discapacitado que se haya realizado en la historia del cine. Pero el premio en actuación se lo lleva el genial Max Von Sydow, que interpreta al padre de Bauby. En la escena en que lo llama al hospital es imposible no sentir la desazón de ese anciano al saber que su hijo es tan prisionero de su cuerpo, como lo es él por la edad. Pero más allá de las sensaciones que el filme provoca (porque es imposible no compadecerse por algún ser humano en desgracia) está la certeza de que no se trata de agarrar lo trágico y armar una oda a la superación, insisto. La única superación posible en el mundo que recrea Schnabel es la del interior expuesto. La sangre que hay de por medio no es más que un vehículo. Al final del día esa prueba de resistencia determina el valor de una obra que no sólo escoge hablar desde esa perspectiva, sino que lo hace de una manera tan hermosa, recurriendo a los sueños y a los recuerdos como elementos fundamentales de toda creación. Schnabel intenta decir que la ficción no es un recurso inútil, que la imaginación es la mayor de nuestras herramientas, que las sensaciones son parte fundamental de todo lo que está adentro y lucha por salir. La creación es inevitable, no importa el estado de las cosas.

imagen tomada de index-dvd.com

No es vano, Julian Schnabel ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes por este filme.

18 comentarios en “El prisionero

  1. cinemax y tiempo dos lujos de los que no dispongo…

    vas bien, dos dias sin escribir de politica! subamos la apuesta que no sea una semana sino dos!

  2. Y seguiré con esa perspectiva.. Hoy me aguanté las ganas de hablar de lo de ese supuesto video de Chevron…

    voy progresando…

  3. Cada vez eres más prisionero de tu afán de gustar a los demás. Ya sea en tus escandalizadas y vanas impresiones políticas sobre Correa, en tus artículos para revistas sobre amigos cercanos tuyos (a duras penas logras decir algo interesante) o en tus posts que te salen luego de ver tele o wikipedia (siempre con alguna alusión a los Beatles); aparece la misma descomposición. Cada vez más insipido, cada vez más aséptico. Da mucha lastima ver a un escritor que se echó a perder por darle importancia a fruslerías.

    Te has vuelto un impostor Varas y lo sabes.

    Deberías parar un rato y volver a encontrarte. Ahora tu ego no es otra cosa que carne para los buitres y busqueda de autocomplacencia.

  4. jajajaja por fin alguien que se dio cuenta…

    Por cierto, te invito a leer post anteriores donde afirmo que lo que hago es lo que acabas de escribir…

    Gracias

  5. Eras honesto antes. Parece que el medio te ha cambiado un poco, es de todas formas tu decision pero para esta lectora del blog es una pena.

  6. Estimada anónima, te pido que me hagas ver cuándo fui honesto en este blog… porque no lo recuerdo…

    Es más sostengo y he sostenido que todo esto es un engaño, es una ficción…

  7. Crowd pleaser to the last…

    Bah! Ya para un rato, ¿quieres? ¿Acaso no te das cuenta? Escribir no tiene nada que ver con ser un relacionador público de sí mismo. Para eso contratas a un profesional en el tema.

    Si lo que quieres es vender libros a los viejos como Neuman, entrar a los grandes circuitos editoriales para poder lamer la teta del poder de la mano de Alfaguara o que tu nombre aparezca en practicamente todo lado firmando textos cada vez menos profundos -so pretexto de tus 15 minutos-; pues dale nene. Pero no digas que no lo sabias o que no te lo advertimos: la historia escupe a los escritores que buscan eso o los relega a los estantes del Supermaxi.

    Puede ser que toda esta estrategia te sirva un rato en un medio de escritorzuelos reducido y canibal como el de acá, pero tarde o temprano te lo van a decir de frente. Te lo van a decir y se te caerá esta careta que con tanto ahinco estas labrando. Como a pinky en The Wall.

    One way or the other, its gonna get you….

  8. Y estoy de acuerdo contigo, Lou Andreas Salomé de las Mercedes… el problema es que tu lectura de lo que escribo acá es el problema. ¿Acaso me interesa ser profundo? Espero nunca serlo, esa es mi aproximación… simplemente hablar de lo que me da la gana y si es relevante o no… es otro pedo…

    ¿El blog es literatura o manifestación de mi interés por la literatura? Si lo quieres ver así, es tu problema, insisto… El mío no es… He escrito cientos de veces que para mí este blog no es nada más que abrir la ventana y escribir algo que me tranquiliza en medio de las ocupaciones diarias… Eso es todo.

    Creo que los textos revelan tanto del autor como del lector y en este caso obviamente encuentro que para ti hay una percepción que te intranquiliza. Let it be.

    nadie está obligado a leer profundidad donde no existe. Nadie está obligado a leer esto, incluso. Así que disfruta de la vida, respira y listo. Te invito a que leas blogs que son realmente interesantes y te sientas en paz.

    Al final, esto no es trascendente ni interesa…

  9. ¿Fue eso de la oración un ataque?
    Vamos. Esto no se trata de quien escribe mejor o peor. Eso es infantil.
    Es posible que no le interese a nadie o que no sea trascendente para los demás (si eso te basta para descalificar lo que he dicho). De lo que estamos hablando aquí en el fondo es sobre el oficio de la escritura. Eso me parece importante y sé que a ti también.

    Dices bien que los textos revelan también al lector y evidentemente me intranquiliza tu postura como escritor. En ese sentido, I wont let it be. Más bien te diría, Get Back to where you once belonged.

    Mi proposito no es atacarte y en eso tu lectura sobre lo que he dicho es errónea. Como escritora que soy -que intento ser-, sé cuan dificil es la palabra y los mundos que la rodean. Lo que he querido es alertarte antes de que sea tarde y te pierdas más en la banalidad. No pretendo profetizar nada y tu tienes derecho a escribir como quieras sobre lo que quieras. Pero así como lees intranquilidad en mi lectura, yo leo otras cosas como las que te he dicho más arriba.

    Pienso, con toda sinceridad, que debes mandar al traste a todos tus lectores y lectoras, dejar de engordar a las palomas como si esto fuera el show de Eduardo Varas, extirpar todas esas relaciones literarias que no se distinguen en nada de las relaciones hipocritas que se construyen en un club de golf a partir del interés. En definitiva, dejar esos sueños de glamour. Si algo me ha enseñado la escritura es que la cosa no va por ahí.

    Tu puedes tomar estas palabras como quieras. Puedes verlas como una crítica honesta que lo que quiere sacudirte para que veas otras cosas -en vez de tanta adulación y reconocimiento-. O pueden disgustarte y pensar que hay malas intenciones de por medio. En cualquier caso, seguirá siendo un problema en tu ego. Ego al cual me parece que tienes que vencer (vencerlo a través de la escritura).

    Te garantizo que tu escritura mejorará, en tanto fondo como forma, cuando sueltes esas fantasías a las cuales te has aferrado.

    Mis mejores deseos desde Lima, Perú.

  10. La verdad es que esa revelación del "plan maestro" del Varas no es nada de lo que nosotros los sabios del lecturado no nos hayamos dado cuenta. Lo que pasa es que no había que confesarlo en voz alta. (Y para ser consecuentes con la banalidad y el ejercicio ripioso solamente voy a decir que secundo el último comentario de Lou. Nuff' said.)

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