Un meme: 5 mejores libros

Silvi, de lunas azules, me pasó la posta hace varios días de este meme, que con gusto respondo ahora.

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Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño: Lo pongo en el top porque simplemente me hizo mucho, pero mucho daño cuando la Gaviria me lo pasó y cambió por otro libro que detallaré a continuación. Lo leí casi de una sola sentada, lo terminé de leer una madrugada, a las 3 AM, y me quedé con esa sensación por la que el mundo puede ser contenido en una sola frase, o en este caso en un solo dibujo. Nunca un final me ha marcado tanto como el de esta novela. Jóvenes poetas que no escriben poesía, sino que la viven, van en búsqueda de ese tótem que legitime su propia existencia. El salvajismo es parte importante de todo este proceso.

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Los inconsolables, de Kazuo Ishiguro: Leonardo Valencia me recomendó esta novela de un autor que trataba con ella abandonar de lleno la expectativa que tenían con él por su ascendencia oriental. Y vaya que lo hace. Esta es una novela universal. Sucede en un sitio que puede ser todos los sitios al mismo tiempo, con personajes que pueden ser de cualquier lugar y con una premisa insospechadamente desesperanzadora. Ryder llega a esta ciudad localizada en Europa Central para dar un concierto. Es un gran pianista y el pueblo ve en él, además, al ser que puede colmar sus vidas, el salvador. Y ser el Mesías es siempre una mierda. Nunca me he reído tanto en una novela, para poco a poco empezar a llorar.

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Ubik, de Philip K. Dick: Dicen que es su mejor novela, que no se la puede contener en una leída, dicen que es mágica, incluso, que a la vez que cuenta una historia dentro de la más pura ciencia ficción, resume una de las reflexiones más atroces que pueda tener un ser humano: qué es la realidad. Ficción reflexionando sobre lo real. Esta novela de Philip K. Dick es simplemente fabulosa. Un accidente y un muerto, ¿es así o todos están muertos y el muerto está vivo? Ubik es la respuesta, no para entenderlo, sino para experimentarlo. ¿Quién dijo que la ciencia ficción es basura?

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La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa: La novela que me hizo entender que se puede escribir cuando era un adolescente. Le debo a este libro la pérdida de mi virginidad literaria y la certeza de que ese universo limeño de hace 50 años podía ser similar en sensaciones como el universo que estaba viviendo en Guayaquil cuando lo leía. La literatura rompe el tiempo y el espacio y Mario Vargas Llosa me lo hizo ver con esa lectura inicial.

Humberto Salvador, imagen tomada de literaturaecuatoriana.com

En la ciudad he perdido una novela, de Humberto Salvador: Primera novela de Salvador y a la vez primer enfrentamiento con las directrices ideológicas de la fecha en Ecuador. Una novela preciosa, con uno de los inicios más impresionantes que haya podido leer (más allá del Preludio, que no es más que una página con pentagramas y notas musicales colocadas sobre cada línea, y del inicio sobre la hoja de thé): Yo quisiera escribir una novela. Escribirla lentamente, despedazando a las palabras para encadenarlas en frases. Una novela sin importancia: que en ella cada letra sea un naipe, para uniéndolas jugar la partida estéril en la que nada se apuesta… Y después de escrita, despeñarla de bruces contra el pavimento, como un pedazo de pan que arrojamos a través de los cristales, para que lo destroce con sus dientes algún perro vagabundo». Claro, luego a Salvador le tocaría aflojar y entrar de lleno al realismo social, pero de eso hablaré otro día.