Supremacía narrativa (2)

imagen tomada de forociudadano.cl
“La ficción no es un acto gramatical, sino moral”
Andrés Neuman

El cine como el espacio para la narración actual. Una desesperada conciencia de que lo colectivo es la directriz de todo. Una sala a oscuras, varias personas y una misma experiencia ante la narración- El cine le gana a la novela, reverdece ese contacto que quizás ya no existe: el de la soledad. El ser humano ha cambiado y ya no quiere estar solo. Leer más o leer menos, no es un asunto de tiempo, sino de cercanía. De tener alguien junto a ti, que te dé su opinión o sólo su calor para sentir la realidad: la lectura como un alimento importante, ir a ver una película como una desinencia, esa que abre otros caminos.

Y de manera inmediata nos surge el remedio de la derrota. Mandar a la mierda los tiempos. Cuando somos hijos de ellos. Y la novela, así como el cine, lo es. Es y punto. No se me ocurre diferencia entre ambas (más allá de las obvias y de las de formato). Crecí y en ese proceso veía y sentía a Oscar Wilde en el mismo escalón de George Lucas. ¿Una mejor que otro? ¿Por qué? No concibo el fin de la novela o su herida de muerte porque sigue estando presente.

Vamos al cine y contemplamos la función. No existe derrota ni triunfo. Existe una certeza que puede centrarse en la falta de tiempo, repito. Pero eso no sirve de excusa. Si fuera un problema de falta de tiempo, sólo veríamos cortometrajes en las salas. No, la gente quiere ver historias complejas, quiere algo largo, que se explaye, que se desarrolle… quiere una narración que involucre todas. No es un asunto de tiempo. La gente prefiere el cine porque necesita cercanía. Los tiempos que vivimos han creado seres capaces disconformes y distantes, que a la vez necesitan y requieren ese espacio de vivencia y comentario solidario. ¿La novela se ha perdido? Algunos literatos quizás, pero no por las razones que se les ocurre. Escribe Andrés Neuman en su artículo “Queridos personajes”, publicado el 18 de octubre pasado en el suplemento Babelia, de El País, una condición segura y que justifica la situación en lo literario: “El tránsito del XIX al XXI, más que por el salto de la unidad al fragmento, parece marcado por el paso de la literatura gótica a la egótica”.

imagen tomada de literapolis.blogspot.com

De esta manera, en una necesidad del individuo, en una experiencia que se circunscribió a los momentos de intimidad de cada persona, la literatura se le fue de las manos a aquellos que asumían que el hecho literario es de por sí solitario. Vamos, lo es, pero al mismo tiempo no. El escritor realiza su función sin tener a más personas alrededor (teóricamente), pero siempre hay un primer lector, amigos que se acercan al manuscrito, para luego caer en manos del editor, que hace su lectura. ¿El resultado? Un proceso colectivo. La lectura sigue siendo ese proceso del ser en sí mismo. Pero hoy las lecturas se alejan de los cenáculos o de los espacios especializados y se van a espacios abiertos, clubes de lecturas, gente que lee o se reúne a leer en voz alta. Quizás la experiencia en Latinoamérica, en ese aspecto, sea escasa. Pero existe en otros lugares.

La gente está ávida de historias, las necesita, ‘reales’ o producto de la ficción. Y es una necesidad de experiencia mutua. El cine ofrece las mismas opciones que la narrativa. El narrador es la cámara. Y hay películas buenas y malas, así como hay libros buenos y malos. Pero el cine siempre nació pensando en lo colectivo. Es una de sus necesidades. En eso radica uno de sus fuertes: yo voy a la película que van a ver muchos, algo debe tener, algo debo tener en común con esa gente que va al cine.

La novela, en muchas ocasiones, se ha encerrado en el yo desde todas sus perspectivas. Y eso no va en contra de las extensiones que tengan (“Los detectives salvajes”, por citar un ejemplo, es una novela de 700 páginas que suena a invitación a la humanidad), sino de las pretensiones que la literatura ha buscado por distinguirse e identificarse: no somos cine, ni televisión, somos algo para pocos. Y los que piensan así niegan certezas del ser humano.

¿El cine le ha ganado a la novela? Al menos en esto sí. ¿Eso significa que es mejor? No, eso significa que ve las cosas de otra forma, pero eso no la hace mejor.

imagen tomada de api.ning.com

4 comentarios en “Supremacía narrativa (2)

  1. Hola Eduardo, vaya discusión. Pues, ¿cuándo es que competían? ¿para las Olimpiadas? Son completamente sincréticas. Suena a una discusión de tipo: huevo o la gallina; mujeres contra hombres;narrativa vesus poesía; Guayaquil versus Quito. La una toma prestada de la otra y los creadores (guionistas o escritores) aprovechan lo mejor que pueden. Ejemplo Fuguet, ejemplo Figueras, ejemplo Efraim Medina Reyes. Sí, la pregunta no es si una se comió a la otra como las varas de Moisés. No sé cuál será la pregunta pero esa, seguro no es.
    Saludos.
    Sol

  2. Hola Eduardo, vaya discusión. Pues, ¿cuándo es que competían? ¿para las Olimpiadas? Son completamente sincréticas. Suena a una discusión de tipo: huevo o la gallina; mujeres contra hombres;narrativa vesus poesía; Guayaquil versus Quito. La una toma prestada de la otra y los creadores (guionistas o escritores) aprovechan lo mejor que pueden. Ejemplo Fuguet, ejemplo Figueras, ejemplo Efraim Medina Reyes. Sí, la pregunta no es si una se comió a la otra como las varas de Moisés. No sé cuál será la pregunta pero esa, seguro no es.
    Saludos.
    Sol

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