Frío o caliente

“Yo ya no pertenezco a ningún ismo/ me considero vivo y enterrado”
Fito Páez

Hay días en Quito en que siento horror. Sí, horror. El fanatismo debe ser la madre de todos los vicios y enfrentarte a eso suele ponerte la sangre en el ojo. Quizás valga la pena ser más específico, así que digamos que van a un acto en el que hablan sobre las ventajas de un filtro equis para procesar el agua y hacerla potable. Pues de seguro alguien encontrará la manera de que esa presentación se transforme en un acto de prestación ideológica y pida la palabra y exija reformas sustanciales para que el agua se transforme en elemento para todos. Y no está mal exigirlo, porque debería ser así. Pero sucede que la pasión y el ímpetu no dejan discernir y bueno, vivimos en una época en que los fantasmas ideológicos han vuelto a vivir, entonces el ego de los cambios sociales está a flor de piel… tanto que sobrepasan al propio sentido común. No está mal en exigir esos cambios, buscarlos, pero en los lugares que deben ser… Supongo que nadie se pone los zapatos para ir a la cama y dormir, ¿no?

He visto cómo en actos, cuando se da la opción a preguntar a los presentes, surge espontáneamente el deseo de hablar y ser tan importante como el que expone (cuando a veces ni el expositor es importante) y bueno, en lugar de preguntar armas toda una disertación sobre lo que sea, pero la armas. ¿Y preguntas? No… es más, no tienes preguntas, sólo quieres hablar, porque tienes derecho a expresarte y eso es innegable. Desde luego, es innegable, pero también existe el derecho de los otros, ese derecho por el cual te ceden la palabra dentro de un esquema (que puede ser alterado dentro de lo conveniente) en el que te piden que si tienes una pregunta o si quieres interpelar a alguno de los que habló, pues lo hagas. No para que te deshagas de tus ideas de manera abrupta. Incluso existe el derecho de los otros que sí quieren seguir escuchando sobre el tema y se toman la molestia de escuchar con esperanzas la intervención de alguien del público. Pero no, es tu oportunidad, it’s now or never… Esa es una actitud normal, pasa en todos lados. Pero he visto cómo ante el menor indicio del moderador de pedirle que si no tiene pregunta, que por favor deje de hablar, eso se convierte en un acto brutal y represivo. Es que nada debe estar prohibido, prohibido prohibir, tenemos derechos y no nos callarán…

Es tan sencillo como entender que hay tiempo para todo y espacios para todos. No creo que se trate de hablar en todo lugar… Pero bueno, hay que luchar, hay que transgredir, subvertir por subvertir y así te conviertes un ser interesado en los cambios. La izquierda de papel me hace reír muchas veces.

Lo he visto tanto en Quito, tanto que hasta se siente repulsivo y me he visto tentado en salir de esos lugares. A veces lo he hecho, otras veces no. No lo entiendo, para nada. Me explican que son por las diferencias de clases, me parece una razón que no justifica nada de lo que pasa. Lo que percibo es una postura ideológica que no congenia con nada y se mantiene intransigente. ¿Por qué? Por defender algo que está más allá de lo que el común de los mortales puede entender… de seguro. Hace semanas, en el conversatorio de Jorge Lanata en Quito, el gordo periodista se atrevió a decir que el Gramma no era un diario y que prefería CNN que a Telesur (específico que era por el desarrollo técnico y la producción)… Eso fue suficiente para que estallara una discusión en el salón que terminó en aplausos para un bando, abucheos para el mismo y en comentarios que tuvieron las palabras ‘social’ y ‘compromiso’ en la punta de la lengua de quienes los hicieron.

Hay que ser caliente, no existe otra opción…

E inmediatamente pienso en Guayaquil y en que eso no pasaría allá. Porque allá pasan otros desastres, distintos a los de Quito. Ni mejores, ni peores… son otros. Y esos desastres están envueltos en una idea de vida equis que no resiste ningún tipo de cambio e intromisión. Todo es, simplemente es. No hay razones y vives como si las tuvieras. Como si el faro que está en cerro siempre haya estado ahí… Ese aletargamiento de las cosas, que sean como deben ser, huele a podrido y en definitiva no te da opciones de vida. Una sola, la que es y no hay corrección. Entras al Malecón, que está más bonito, pero que funciona como un mall. Vida clínica, estéril. Vida que no es vida al final de cuentas, por más bonita que esté, por más oro que haya alrededor… porque si la jaula está hecha de oro, no deja de ser prisión… como dicen Los Tigres del Norte.

Por eso estoy seguro de que la derecha no te deja vivir… pero la izquierda no te deja pensar. Y ante la alternativa bíblica de ser frío o caliente, so pena de ser vomitado por Dios… pues la respuesta del individuo es la válida y ahí, en su respuesta, está el premio, no en lo que viene después.

20 comentarios en “Frío o caliente

  1. esa frase final y rematada con la foto de un León no tan viejo (acaso joven?) me produjo algo extraño… no se si temor o decepción… cuando algo es de todos se corre el riesgo de que no sea de nadie…

  2. esa frase final y rematada con la foto de un León no tan viejo (acaso joven?) me produjo algo extraño… no se si temor o decepción… cuando algo es de todos se corre el riesgo de que no sea de nadie…

  3. Un poeta español exiliado después de la guerra civil por pertenecer al bando perdedor, obviamente, decía, a pesar de ello, que cualquiera de «las dos Españas» (izquierdas o derechas) le «helaría el corazón» al español que viniera al mundo detrás de todas aquellas pendencias y exaltaciones para pensar o para vivir, como bien dices. Y las cosas siguen igual.
    Este mismo poeta dice que la distancia que hay entre estos versos de «La vida es sueño»

    Rendid las armas y vidas
    o aquesta pistola, áspid
    de metal, escupirá
    el veneno poenetrante
    de dos balas, cuyo fuego
    será escándalo del aire.

    la distancia hasta nuestros días, repito, está en la refundición y en el valor que Calderón otorga a su retórica. El refundidor de ahora habría dicho: «arriba las manos» creyendo que lo habría dicho todo de manera completa. El escritor del barroco está tan seguro de la fuerza de sus palabras como del poder de la pistola. Ahora, al parecer, nuestras palabras son de teatro. Y por eso, ejercemos el derecho de hablar, nunca el de escuchar.
    En fin….

  4. Un poeta español exiliado después de la guerra civil por pertenecer al bando perdedor, obviamente, decía, a pesar de ello, que cualquiera de «las dos Españas» (izquierdas o derechas) le «helaría el corazón» al español que viniera al mundo detrás de todas aquellas pendencias y exaltaciones para pensar o para vivir, como bien dices. Y las cosas siguen igual.
    Este mismo poeta dice que la distancia que hay entre estos versos de «La vida es sueño»

    Rendid las armas y vidas
    o aquesta pistola, áspid
    de metal, escupirá
    el veneno poenetrante
    de dos balas, cuyo fuego
    será escándalo del aire.

    la distancia hasta nuestros días, repito, está en la refundición y en el valor que Calderón otorga a su retórica. El refundidor de ahora habría dicho: «arriba las manos» creyendo que lo habría dicho todo de manera completa. El escritor del barroco está tan seguro de la fuerza de sus palabras como del poder de la pistola. Ahora, al parecer, nuestras palabras son de teatro. Y por eso, ejercemos el derecho de hablar, nunca el de escuchar.
    En fin….

  5. existe un sinnúmero de prejuicios y lugares comunes que no permiten la consecución o por lo menos el caminar hacia un cambio. Los dogmas, impregnados en las mentes y en los corazones, funcionan no como bandera sino como armadura y escudo que inmoviliza a las personas y no les permite caminar. Es como una carrera en el propio terreno (encima con la esperanza de avanzar). Es penoso percatarse de que muchos de esos ideólogos solamente saben, de memoria, el método y lo repiten en todo foro o conferencia posibles. Naturalmente es una pose, por tanto es imposible realizar un debate de ideas ante la frialdad e indiferencia de un muro (eso sí, lleno de fotos como las que ilustran tu artículo)

  6. existe un sinnúmero de prejuicios y lugares comunes que no permiten la consecución o por lo menos el caminar hacia un cambio. Los dogmas, impregnados en las mentes y en los corazones, funcionan no como bandera sino como armadura y escudo que inmoviliza a las personas y no les permite caminar. Es como una carrera en el propio terreno (encima con la esperanza de avanzar). Es penoso percatarse de que muchos de esos ideólogos solamente saben, de memoria, el método y lo repiten en todo foro o conferencia posibles. Naturalmente es una pose, por tanto es imposible realizar un debate de ideas ante la frialdad e indiferencia de un muro (eso sí, lleno de fotos como las que ilustran tu artículo)

  7. No sé si lo dijeron… pero ahora me pongo a pensar y lo que escribí sobre la izuqierda y derecha y lo que no dejan vivir ni pensar, puede ser viceversa…

  8. No sé si lo dijeron… pero ahora me pongo a pensar y lo que escribí sobre la izuqierda y derecha y lo que no dejan vivir ni pensar, puede ser viceversa…

  9. Ambos extremos son malos. Yo creo que lo mejor que se puede hacer es que nos pongamos de acuerdo, y que tomemos lo mejor de cada lado. Porque ambos bandos tienen sus lados buenos y malos, como todo el mundo. Así que nuevamente, escojamos lo mejor. Yo espero que el cambio que se ha elegido sea tal y que cuando alguien les diga: «oigan, están actuando igual que los de antes» se recapacite y se acepte, y no se hagan los cojudos y terminen haciendo ningún caso a las señales de sapada que pueda dar la gente.

  10. Ambos extremos son malos. Yo creo que lo mejor que se puede hacer es que nos pongamos de acuerdo, y que tomemos lo mejor de cada lado. Porque ambos bandos tienen sus lados buenos y malos, como todo el mundo. Así que nuevamente, escojamos lo mejor. Yo espero que el cambio que se ha elegido sea tal y que cuando alguien les diga: «oigan, están actuando igual que los de antes» se recapacite y se acepte, y no se hagan los cojudos y terminen haciendo ningún caso a las señales de sapada que pueda dar la gente.

  11. Me ha extrañado mucho tu comentario. No sabía que Quito te mantiene en una tensión de clases y de ideas ideológicas superpuestas. Yo creo que si uno se define dentro de una tendencia, pues ya está. No hay que hacerse mala sangre ni hay porqué estarla defendiendo ni atacand. Me da mucha pena, mi querido Eduardo que Quito te ofrezca tantos dolores. Pero me extraña que en Guayaquil no se produzcan estas reyertas tercer mundistas que no llevan nada. Me extraña, y si es verdad, me alegra, porque entonces Quito sigue siendo lo que alguna vez dijo Juan Bautista Aguirre «El sobaco del mundo». En fin, Yo creo que uno debe definirse con uno mismo y punto. Yo por ejemplo soy un hombre de izquierda y si puedo pensar. Aunque de algo si estoy seguro y es que «de religión, de política y de futbol» es mejor no hablar ni en Quito ni en Guayquil ni en ninguna parte porque todos tenemos la razón y como no somos políticos ni demagogos, sino aspirantes de la literatura, entonces es prefebible hablar de otras cosas.

    Abrazos y ojalá Quito no te siga decepcionando

    Xavier Oquendo Troncoso

  12. Me ha extrañado mucho tu comentario. No sabía que Quito te mantiene en una tensión de clases y de ideas ideológicas superpuestas. Yo creo que si uno se define dentro de una tendencia, pues ya está. No hay que hacerse mala sangre ni hay porqué estarla defendiendo ni atacand. Me da mucha pena, mi querido Eduardo que Quito te ofrezca tantos dolores. Pero me extraña que en Guayaquil no se produzcan estas reyertas tercer mundistas que no llevan nada. Me extraña, y si es verdad, me alegra, porque entonces Quito sigue siendo lo que alguna vez dijo Juan Bautista Aguirre «El sobaco del mundo». En fin, Yo creo que uno debe definirse con uno mismo y punto. Yo por ejemplo soy un hombre de izquierda y si puedo pensar. Aunque de algo si estoy seguro y es que «de religión, de política y de futbol» es mejor no hablar ni en Quito ni en Guayquil ni en ninguna parte porque todos tenemos la razón y como no somos políticos ni demagogos, sino aspirantes de la literatura, entonces es prefebible hablar de otras cosas.

    Abrazos y ojalá Quito no te siga decepcionando

    Xavier Oquendo Troncoso

  13. Xavier, hombre… Quito no me ofrece dolores. SI fuera así no estaría en la ciudad. Simplemente creo que se vive una perspectiva doctrinaria que no conduce a nada, porque si fuera así como tú dices, no habría problema. pero no es así… El reino de las ideas es de un absolutismo intolerante, cuando las ideas pueden ser rebatidas en su totalidad y ahí está la vida, en el respeto a ideas que puedan ser rebatidas, porque esa violencia es la que genera cosas de valor (violencia a nivel de concoeto, de ideas que se desvanecesn en pos de otras, a eso me refiero).

    En Guayqauil no existe el doctrinamiento, lo siento, es así. Acá, en los mesesd que tengo, lo he encontrado en muchos rincones. Y eso no está mal. Lo que molesta es la idea de xclusión a la que se está sometido, el fraccionamiento. Eso es lo que me jode, porque eso es tomar partido en el mudno de lo físico, cuando la violencia de las ideas es inmaterial. Nada más.

    SI te molestó mi aseveración sobre lo quedejan o no dejan hacer la izquierda y derecha, pues lo lamento. Sospecho que no le hago justicia a mucha gente de izquierda que sí piensa, así como no le hago justciia a gente de derecha que sí sabe vivir.

    Un abrazo

  14. Xavier, hombre… Quito no me ofrece dolores. SI fuera así no estaría en la ciudad. Simplemente creo que se vive una perspectiva doctrinaria que no conduce a nada, porque si fuera así como tú dices, no habría problema. pero no es así… El reino de las ideas es de un absolutismo intolerante, cuando las ideas pueden ser rebatidas en su totalidad y ahí está la vida, en el respeto a ideas que puedan ser rebatidas, porque esa violencia es la que genera cosas de valor (violencia a nivel de concoeto, de ideas que se desvanecesn en pos de otras, a eso me refiero).

    En Guayqauil no existe el doctrinamiento, lo siento, es así. Acá, en los mesesd que tengo, lo he encontrado en muchos rincones. Y eso no está mal. Lo que molesta es la idea de xclusión a la que se está sometido, el fraccionamiento. Eso es lo que me jode, porque eso es tomar partido en el mudno de lo físico, cuando la violencia de las ideas es inmaterial. Nada más.

    SI te molestó mi aseveración sobre lo quedejan o no dejan hacer la izquierda y derecha, pues lo lamento. Sospecho que no le hago justicia a mucha gente de izquierda que sí piensa, así como no le hago justciia a gente de derecha que sí sabe vivir.

    Un abrazo

  15. No Eduardo, molesto no estoy. Solo comentaba tu texto, tu relación con la ciudad, eso es todo.
    Abrazos

  16. No Eduardo, molesto no estoy. Solo comentaba tu texto, tu relación con la ciudad, eso es todo.
    Abrazos

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